11.8.11

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::portrait by esteban vargas::







MR
MILAN IVELIC







national museum of fine arts director_scl_




Dieciocho años al frente del Museo Nacional de Bellas Artes de su país, sobreviviente a cinco Administraciones de distintas corrientes de pensamiento político y terco defensor de la educación integral independiente a cualquier tipo de especialidades. De origen croata, historiador, ex diplomático y probablemente, uno de los pocos gentleman que hoy por hoy queden en el austral país de Chile, Milan Ivelic es uno de los personajes más enigmáticos de su país y de la cultura latinoamericana, sin pelos en la lengua y extraordinaria capacidad de persuasión. Ya por su séptimo decenio, nos abre las puertas de su despacho, el museo y su vida para hablar de eso, de despachos, museos, artes y toda una vida. Nos echaron del museo, a los dos. MR MILAN IVELIC.


Mientras los chicos le disparaban retratos en la iluminada explanada del museo, bajo una cúpula de cristal que remitía indudablemente al Grand Palais de la capital francesa, en la cafetería, pequeña, de idéntico aire francés, acogedores ventanales con vista al Parque Forestal y muros tapizados en afiches de exposiciones pasadas de todo tipo, tragué un expreso en seco de los nervios, prendí un cigarrillo, me cogí la cabeza y la golpeé en un golpe certero contra la mesa. Ya estaba. Después de unos minutos apareció aquel hombre, altísimo, de pelo cano, expresión severa y ceño, para conmigo, de pocos amigos. Pedí más café para ambos. Milan se acomodó en la silla, se cruzó de brazos, piernas y agachó la cabeza esperando la primera pregunta. Empieza la historia, agárrense.


Primera pregunta. ¿Cuántos años tienes?

Setenta y cuatro.


¿Y qué comes?

¿Perdón? [Dijo, mirándome de nuevo, desconcertado]


Hombre, ya quisiera yo llegar a los setenta y cuatro tan bien como tú, menuda presencia, vamos, que todas estas señoras que se vienen a las inauguraciones te deben cerrar el ojo o algo. ¿Haces deporte o qué comes?

[risas] ¡¡Vivo!! [Respondió, con los ojos abiertos de par en par]


Cuéntanos un poco de tu etapa como agregado cultural.

Bueno, en realidad fue excepcionalmente interesante. Trabajé mucho con la Fundación Patiño, de Bolivia. Logramos hacer muchas cosas relacionadas con Becas de postgrado. También pudimos presentar obras como “La negra Esther” o hacer exposiciones con muy buenos artistas, como Inés Hainecker, Rodolfo Opazo, José Balmes o Gracia Barros. También trabajé mucho con la comunidad de exiliados. Estuve en ese cargo entre los años 1991 y 1992. Ya al año siguiente, en el 93 asumí aquí en el Museo. ¿Pero sabes? Fue una cosa muy extraña. En aquel tiempo no existía un ministro de cultura. Te voy a contar lo que pasó [se reacomoda en la silla e inclinándose sobre la mesa continuó, con una expresión en su rostro cual niño a punto de contar algo tremendo que le acaba de suceder]. Nemesio [Antúnez], que era él Director del Museo, un buen día me llamó y me preguntó si podía hacerme cargo… y yo le hice sólo dos preguntas. La primera pregunta fue “¿Tienes presupuesto?”… No, me respondió. Le hice la segunda pregunta… “¿Tienes personal?”… No, me dijo. [Sonríe] Y mira, al final le dije: “Nemesio, pues dame dos semanas que me lo piense, porque bueno… dame dos semanas y te doy una respuesta”. Y pues… aquí me tienes.


¿Qué hiciste cuando regresaste a Chile?

En mi retorno me dediqué a hacer cursos a estudiantes de estética, en la Universidad Católica.


Y dime una cosa, ¿Y en Ginebra.... qué pasaba con el resto del cuerpo diplomático? Estábamos recién salidos de la dictadura militar, ¿Qué comentaban, qué decían, te preguntaban?

En realidad se acercaban a informarse, porque tenían muy poca información de lo que sucedía aquí. No llegaba mucha información [responde levantando las cejas].


¿Y tu etapa por Lovaina, cómo fue esa experiencia?

Me impactó el rigor académico y la seriedad en las disciplinas. Allá estudié Filosofía e Historia del arte.


¿Recuerdas a algún profesor o alguien que te marcara especialmente?

Si claro. Tuve un profesor de Filosofía del Arte, se llamaba Jacques Taminaux, con él hice un curso sobre Heidegger, donde la pregunta base era ¿Qué es arte?... lo recuerdo especialmente.


¿Fuiste solo?

Para nada. Me fui con mujer y dos hijos.


Pues tiene que haber salido caro, ¿no?

Es que fui becado por la universidad de Lovaina, eso me permitió vivir con bastante tranquilidad. Fue entre los años 69 y 72.


¿Y qué tal en Europa?

Me sentí cómodo y disfruté del patrimonio europeo. Además nos íbamos de vacaciones en camping, fuimos por toda Europa con la familia [dice sonriendo]. La verdad que me dio nuevas lecturas.


¿En carpa?

Pues claro [dice riendo].


¿Por qué te dedicaste a la historia del arte?, ¿Cuáles fueron tus motivaciones?

Es que soy Historiador, estudié Historia y también Pedagogía. Después vino el arte. Primero fui profesor de colegio en el Liceo Alemán, como estudiante. Ahí me ganaba un dinero.


Por tu nombre saco por descarte que provienes de una familia de inmigrantes, ¿O me equivoco?

Si, exacto. Somos croatas. El año 1920 mi padre llegó a Chile. Era de una isla llamada Brac. ¿ Sabes que participó en la segunda guerra mundial? Es una isla de viñas, muy guapa.


¿Y cómo fue Milan que empezaste con todo este tema de la historia del arte? Me causa intriga.

Es que tuve profesores que ponían mucho énfasis en el mundo del arte. Me hablaban tantísimo de historia griega y romana, sobre la estatuaria… y bueno, me fui interesando. Tuve un profesor que era un sacerdote dominico llamado Raimundo Kuparedo. El era uno de los primeros académicos que venía con formación en estética. El fue el que fundó la cátedra de estética en la Universidad Católica, fue el primer paso para el Instituto de Estética. Y empecé a trabajar con él, haciendo ayudantía. Fue él quien me lanzó como docente… me tiró a los leones [risas].


¿Y tus padres no pusieron algún pero?, ¿Cómo se lo tomaron?

Se lo tomaron bien. En mi familia somos tres hermanos, uno es arquitecto y el otro es profesor en literatura, escribe ensayos sobre poesía, teatro y drama en relación a las estéticas. También escribe poesía. ¿Es que sabes Alex? Los viejos croatas tuvieron siempre una actitud flexible para con los hijos.


Y a ver, háblame de los croatas.

Nuestros padres se juntaban. Yo perdí el idioma. Fíjate que cuando estábamos en Lovaina con mi mujer y mis hijos fuimos a conocer a la familia. Le escribí a un tío y llegamos a la isla, y pasó algo muy gracioso. Te juro que en la plaza vi un hombre pero exactamente igual a su padre y ahí estaba con su típica casa de piedra [risas] ¡y es que era él! Fue increíble.


¿Y por qué no decidiste ejercer tu carrera en algún otro país con las credenciales que ya tenías?

[Se queda en un silencio casi solemne y responde con idéntica solemnidad] Porque sentía que nuestro país era un desafío. En Europa todo estaba hecho.


Pero supongo que después de haber pasado por Lovaina y con el background que tenías no te iban a dejar ir tan fácil, lo firmo ante notario.

Me preguntaban si podía ir. Pero es que mi profesión es una pasión. Mi trabajo es parte de mi vida, no hago esa distinción. Me he movido, pero siempre con un profundo sentido de la autonomía. Nunca he caído en fundamentalismos. Creí y creo en la apertura. Toda la vida he ido trabajando con gente joven, y me hace bien, porque estás a la par. Estando con ellos no te distanciaste nunca… trabajé en el Louvre, en el Museo del Prado, en el Centro de restauración de la Universidad de Lovaina, y también en el Museo Latinoamericano de Arte Moderno. Pero tenía claro que era Chile, siempre lo tuve muy claro, porque me siento chileno. Soy chileno.


Háblame de Chile. Sé que ya te han hecho esta pregunta antes, pero… tú como lo ves, cómo lo siente Milan?

[Vuelve a quedarse en silencio, en una pausa. Suspira, a ratos con la vista perdida, y regresa] Con un malestar permanente. No se logra el respeto a la dignidad humana y el cuidado al ser humano… es muy fuerte la desigualdad. Y es muy fuerte porque no se ha tomado la conciencia que todos tienen derecho a oportunidades para hacer más cualitativamente. Nos creen a todos imbéciles, tienen que nivelar hacia abajo… Sin duda una falta de educación de la clase dominante… y la diferencia abismal entre lo público y lo privado.


Tú has sido testigo de varias etapas de la historia universal reciente, las que nos tocó vivir en esta centuria. Has sido testigo cómo cayó el comunismo, después el capitalismo dando pie a una crisis que ha golpeado a las principales potencias, debes ver muy bien cómo el ideal democrático ha ido decayendo en forma y significado, paulatinamente. ¿Qué es para ti la democracia?, ¿Piensas que hoy realmente existe la democracia Milan?

La democracia sigue siendo una utopía. La democracia es lograr la dignidad de la condición humana, con todos los derechos consustanciales al ser humano y, ¿Cuales son esos derechos?: salud, vivienda, buena educación… de calidad. El derecho a que se abran oportunidades, de sectores muy deteriorados. Necesitas un impulso. Lo necesitas.


¿Y por qué nadie lo hace?

[Responde casi con enfado] Porque predomina la ambición cada vez más individualista, donde predomina el mundo de las apariencias, sino que lo diga Madoff, que se echó al bolsillo una cantidad impensable. El era puras apariencias. Ya no se oculta la verdadera realidad, se ha construido una especie de pantalla cada vez más opaca. Como decía Matta, hay que inventar a Vitrol, debiera ser ese ser humano con la capacidad de penetrar la opacidad de las apariencias para llegar a la verdad… con ojos capaces de romper esa costra que te impide ver la realidad. Ver ese mundo invisible.


¿Eres religioso?

Soy autónomo.


¿Cómo ves el arte actual en Chile? Para el resto del mundo resulta casi un misterio…

No formamos parte permanente de un circuito internacional abierto, por lo tanto el conocimiento desde el primer mundo no existe. No obstante, se ha ido abriendo por iniciativas personales, jóvenes que se han infiltrado en el circuito internacional por puro empeño, el caso de Alfredo Jaar por ejemplo, que se fue hace 25 años, él es arquitecto, no sé si lo conoces. En Estados Unidos se dedicó al arte que es lo que le interesaba pero no a través de los medios tradicionales, sino forzando nuevos soportes para mostrar la realidad del mundo. Usó la fotografía, llevándola a la instalación. Alfredo se va a Ruanda, toma cinco mil fotos, vive con la gente, las reúne y plantea un problema mayúsculo, universal, que es la explotación, la injusticia y la miseria… [silencio, again] el artista hoy utiliza soportes destinados a lanzar una mirada crítica al entorno. En eso el uso de todos los medios audiovisuales han sido utilizados como un nuevo instrumento de reacción frente a una tradición artística, no para condenarla, simplemente para renovar de otra perspectiva esa mirada.


¿Cuál crees que es la razón para que prácticamente ningún artista chileno joven tenga una presencia de primer orden en el panorama internacional?, ¿Para que no exista ningún Damien Hirst, una Tracey Emin o un Santiago Sierra?

La razón es que no existe una política que permita a los artistas con talento y capacidad reflexiva la oportunidad de explorar otros lugares que amplíen su horizonte de vida. Basta que tú salgas de este país y se te amplía tu visión de la realidad. Nosotros somos muy endógenos, hay un aislamiento insular que nos dificulta mucho una relación más amplia. Lamentablemente, el exilio en sí es fundamental para un artista, yo siempre se los digo. Conocer otras realidades, ver cómo se trabaja, cómo es la profesionalización del artista, como es la proyección del artista en otras latitudes. Si a un artista se le abre el mundo por sus investigaciones, el resultado de su arte es comunicable para el público común, y el público común, si se siente motivado, se va a dar cuenta que el artista le propone mirar con otros ojos la realidad que le rodea, porque el arte es transgresor, no es rutinario, convencional, no son lugares comunes, sino es mostrar toda la riqueza y toda la pobreza del entorno y crear conciencia.


A tu juicio, ¿Cuáles son las reglas básicas para la profesionalización de la carrera de un artista, tomando en cuenta los medios, internet, la globalización y las nuevas tecnologías?

La investigación. El artista lo que tiene que hacer es interrogarse, y la búsqueda de respuestas a su interrogación la va a poder encontrar mirando a sus propios pares, confrontándose, mirando lo que otros hacen, estudiando la historia del arte, por lo tanto no es cortar lo que ya fue, eso ya lo conoces, así que puedes reinterpretar. A mí me parece que es una opción. Trabajar con la movilidad de la imagen… en un mundo donde la movilidad es fundamental. Todos tienen ordenador, todos tienen teléfono móvil… hay un desafío en el arte generar nuevas posibilidades de lenguaje, por eso el lenguaje del arte es inagotable, no se congeló [sonríe]. Lo que pretende un artista es que otro lo valore, el arte es siempre para el otro, yo no saco nada ser un artista y guardar mis obras en una caja. Ahí se cumple el circuito del arte. El público es un co-creador, no es una señora que se pone frente a un cuadro, lo mira y pasa de largo… hay un llamado. Mucha gente cree que el arte es mostrar la representación de algo. ¿Por qué seguir representando? El surrealismo, el arte abstracto, ponen en tensión los procedimientos y los soportes. El impresionismo fue el primer corte, que la realidad era inestable… las imágenes eran fugaces… rompió.


¿Cuál es la línea curatorial del museo para la selección de su calendario de exposiciones?

Hay líneas curatoriales y también programáticas. Es importante la parte patrimonial. El cómo vas renovando tu colección permanentemente y confrontando con las colecciones extranjeras. Hacemos un cruce sin necesariamente separar cronológicamente. Luego tenemos una línea curatorial de los maestros del arte chileno, nacional, contemporáneos.







Siento Milan, o me da la impresión, de que no existe un relevo generacional, no aparece nadie que pueda tener la misma fuerza de ese grupo de artistas chilenos que se transformaron en prácticamente un ícono… ¿Tú cómo lo ves?

Hay comparaciones que no son posibles, porque los cambios en los procesos de producción de obras son distintos… y las preocupaciones son otras. Los jóvenes ya no tienen la misma significación, no repiten el rollo… no aportan soluciones. Me parece exagerar. El arte puede contribuir, pero hay que tener en cuenta que es precario, porque el nivel cultural de la sociedad chilena es insatisfactorio. Los hábitos de frecuentación no existen en Chile, porque se los come la entretención en el sentido más superficial de la palabra... la imagen televisiva… Se están nutriendo de un alimento que no es alimento.


Hubo una polémica sobre un artista que despotricó contra ti en el semanario The Clinic, por un tema de censura.

El camino no es la censura, es la educación.


Pero él ha sido muy crítico con esto, lo ve de tu parte, por lo que se lee, de una absoluta contradicción. Estaba muy enfadado.

El se molestó. El gran tema es que tengo que tener cuidado con un público de diferentes edades. Yo lo podría aceptar como padre, perfectamente bien, pero no tengo la certeza de que los padres de este país lo puedan entender igual. Se quitaron dos o tres obras y tuve que poner un letrero a la entrada de la exposición advirtiendo al público y a los padres del contenido de la exposición.


¿Pero y si no hubieses quitado esas obras e igualmente hubieses puesto el mismo aviso a la entrada de la sala de exposiciones? Podría haber sido una opción, quizás…

[Milán se reacomoda en la silla y mira de nuevo, como con la vista perdida] Se pudo haber hecho, pero no se produjo… se dio así.


¿Por qué existe tan poco apoyo gubernamental desde el punto de vista económico tanto para un museo como el que diriges como para la promoción internacional de sus artistas, cuando resulta que son los mejores embajadores para mostrar la cara de un país y estratégicamente, vitales para el intercambio con otros? ¿Piensas que será una falta de cultura, o visión de mundo, o de educación, o qué?

Es un problema histórico. La cultura siempre ha sido subalterna, por ende los presupuestos son históricamente bajos. Depende por supuesto quien esté arriba del gobierno. Si esas autoridades tampoco tienen frecuentación de espacios culturales, se produce un círculo vicioso. Salgo a conseguir recursos y me doy cuenta inmediatamente si un presidente o un empresario sintoniza conmigo… y no sintonizan, porque no forma parte de sus inquietudes. Un ejemplo es México, que tiene algo presente de su país en cualquier parte del mundo, tienen un orgullo patrimonial, por ende es una prioridad muy fuerte como país, como gobierno… Nosotros no lo tenemos.


¿Por qué?

Porque hemos hecho de la economía un hecho en sí mismo, no algo para. El economicismo es la doctrina imperante.


Veo, te seré sincero, con mucha pena, cómo el país ha ido paulatinamente americanizándose, llegando a unos niveles donde prácticamente se hace irreconocible, como país. ¿Por qué crees que ha sucedido?

Porque es un país permeable. Se han ido perdiendo las raíces identitarias, y en eso han influido poderosamente los medios de comunicación. Estamos permanentemente siendo colonizados y como no tenemos contraparte, nos dejamos avasallar.


¿Sabes por qué no existe una legislación para la protección de sus artistas desde el punto de vista legal o de asistencia social?, ¿Nunca se ha propuesto alguna instancia de estas características ante el poder legislativo?

Ha habido intentos a través de algún parlamentario, pero nunca se ha logrado llevar como una necesidad que forma parte de las necesidades que debe tener un Estado para con la ciudadanía.


No sé si lo sabes, pero Francisco Papas fritas, está en una situación de salud delicadísima y ante su situación la realidad es prácticamente hostil. No tiene posibilidades de ayuda, en su condición de uno de los artistas jóvenes con más presencia internacional actualmente, lo de él se vuelve una cosa insólita.

El gran problema viene de la parte previsional. Hemos tenido que hacer colectas aquí en el museo para enterrar un artista… hay una desprotección absoluta. En un caso como el de él, es una cosa que atañe a ministerios, que pase a hacienda para fondos, Ministro de Salud para ver facilidades que permitan a un artista enfermo mejorarse. Aquí hay muchos artistas que cuando venden obra, debieran crearse el hábito previsional, una cantidad mínima. Ahora se está intentando crear el manual de buenas prácticas. Y si se aprueba esa ley, tiene que ir acompañado de presupuesto. Debería ser una cosa gradual.


¿Cómo ves la educación artística en el nuevo panorama educativo nacional? Cada universidad privada va sacando carreras de artes y otras áreas creativas. ¿Cuál es tu opinión?

Hay un hecho que me parece positivo: el que hayan abierto escuelas de arte. No deja de ser positivo que jóvenes de diferente nivel económico decidan estudiar esto. A mi juicio la escuela de arte tiene como objetivo entregar información, pero en definitiva el artista se va haciendo. Tú no eres un estudiante solitario, compartes ideas con los otros. Si eres autodidacta te encierras en tu taller y no desarrollas la capacidad autocrítica. Es la gran ventaja de estudiar en una universidad, pero que nadie piense que con el cartón va a satisfacer sus necesidades.


Dentro de los museos, a nivel global, en los últimos años han ido paulatinamente incluyéndose otras áreas creativas como la moda o el diseño, y con muchísima repercusión. ¿Qué me dices de esto?

Creo que cada vez los museos se están haciendo polifuncionales. No me cierro a esa idea. Tenemos danza, teatro, música… Pienso que hoy por hoy hay que estar abierto, que hace años se consideraban como no posibles, pero no me cierro.


¿Piensas que Chile está en una situación de aislamiento en relación al resto del mundo, como afirman muchos de los artistas emigrados fuera de sus fronteras?

Todavía subsiste. Si lo miramos comparativamente, el país esta comunicado, pero su situación geográfica complica. Ir a Europa son 13.000 km, hay un problema de presencia física por un tema de presupuesto, y ya. Pero es indudable que no estás inserto en el circuito internacional desarrollado.


¿Un gran número de museos como el MoMA, la Tate, el Guggenheim o el Instituto de Arte de Chicago crearon una campaña para la liberación inmediata de Ai Weiwei por parte del gobierno chino. Cuál es tu posición con respecto a esta situación?

Por supuesto que comparto la idea de dejar en libertad a este artista. Siempre he pensado que el artista es el que tiene la mayor posibilidad de realizar ejercicios de libertad. Pienso que lo que ahí ocurrió, por sus propios méritos, logró un nivel internacional. Eso tiene un peso específico que va más allá.


¿A tu juicio cuáles son los museos de referencia, desde el punto de vista de línea curatorial en su calendario, innovación en sus sistemas de organización de archivos y eficacia en el uso de las nuevas tecnologías de la información?

Pienso que el MoMA tiene un buen trabajo de archivo, y el Pompidou me interesa mucho por la interacción que ha logrado en su integridad de los procesos de comunicación.


Supongo que sabes de las intenciones de Nicolas Sarkozy de abrir un Museo Nacional de Historia en un gran proyecto, por supuesto, con gran pompa. El mismo Pompidou con su centro, Miterrand y Chirac con lo suyo, ¿qué te parece esto de abrir espacios en tu administración de turno?

Imagínate quién se acuerda de Pompidou… es como una coronación. No sé si se justifica, hay que ver si cumple con las expectativas para lo que se han creado. Si es dinámico, camina, con frecuentación de público, pues me parece que si… si supera el capricho.


¿Y en Chile?

Pues ya ves, Frei con su Centro Interactivo Mirador, Lagos con su Centro Cultural Palacio de la Moneda y Michelle Bachelet con su Centro Cultural Gabriela Mistral. Espero que Piñera se corone ampliando el Museo Nacional de Bellas Artes.


¿Aquello en qué está Milan?

Está en negociaciones.


¿Lo sucedido con el caso de Rodin?

Para mí fue muy doloroso, qué quieres que te diga. Quizás el más doloroso de los años que he estado en el museo, pero más allá, no paso a mayores. La Fundación no ha dicho nada, enfatizaron en que no nos preocupásemos. Pero tuve mucho temor por las exposiciones próximas. Después tuvimos la de Warhol y no hubo problemas. Aunque honestamente, no sé qué hubiera pasado si hubiera desaparecido completamente.


¿El recorte de presupuestos por parte del Estado influye en la calidad del montaje de las exposiciones?

Nos acaban de recortar el 10%, y eso significa. No influye en la calidad del montaje de las exposiciones, eso te lo aseguro, pero afectan las exposiciones ancla. También pasa que los grandes museos piensan que es un negocio arrendar exposiciones. A esos niveles es imposible, porque después de la caída de las torres gemelas, traer una exposición de Europa no la podemos enviar en un sólo avión, entonces los costos se quintuplicaron.


De lo más honesto del corazón Milan, dime una cosa ¿A quién te gustaría traer?

[Se emociona, se retuerce en la silla, abre los ojos y responde sin vacilar] Del arte pop norteamericano, también del impresionismo francés… [se amarga] Lo veo lejano.


¿Cuánto te queda?

Creo que no mucho, es indefinido.


¿Como hace Milan con los mandatarios?, ¿Por cuál de todos los que han desfilado en estos años es por el que puedas decir algo?

Con Ricardo lagos particularmente.


¿Por qué?

Porque se siente más próximo a esto.


¿Qué opinas de Piñera?

Es atípico. Es un presidente atípico, en que él se prolonga su modo de ser en este cargo de presidente de la república, con todo su activismo y dinamismo, que a veces le provoca costalazos. Pensar en un presidente como el que viene de la empresa, por su modo de ser, le cuesta muchísimo reorientar su actividad.


Piensas que pretende hacer de un país una empresa.

Espero que no. Si este sistema económico lo lleva a perpetuar el exitismo, y si la distribución de la riqueza no sufre cambio alguno, me parece que sería un mal camino.


Fuera de Chile, ven al actual mandatario como un personaje pintoresco. Con respecto a esto mismo, me gustaría saber cómo entiendes tú la sobriedad.

Actuar con ponderación. Saber situarse. Tener una interlocución tolerante con el otro y no sentirse que uno es dueño de la verdad.


¿Cuál es tu trago preferido?

Cuando puedo, siempre me atrajo el whisky, y el pisco sour, y tomo todos los días vino.


¿Tinto o blanco?

Tinto, cualquiera que sea el plato.


¿Cómo ves “tu” museo?

[Silencio] Como un tren que camina. Con una dinámica ya establecida. Y con un personal con mucha lealtad.


¿Y cómo crees que el museo ve a Milan Ivelic? [risas]

No creo que tenga enemigos… si gente que puede discrepar.


La gente dice que eres el tipo más enigmático que ha pasado por aquí [risas]… ¡toma ya! ¿Qué me dices tú?

[Por primera vez veo a Milan con nervios de adolescente, tratando de mantener la compostura pero evidentemente, riéndose a carcajadas por dentro] Me llama la atención, yo no me siento enigmático [sonríe]. No soy extrovertido… ¡Pero tampoco soy radicalmente introvertido! Presento las exposiciones, hablo con la gente… no sé. Alguien puede decir que se sienten cohibidos. [sonríe y toma la actitud de quien se pierde en sus propios pensamientos, después de unos segundos con una enorme sonrisa, contesta] Es que yo soy muy alto… es que cualquiera persona se siente cohibida [risas]. Es una cosa de presencia, puede ser un cierto grado de inhibición. [Milan responde, se le ve complicado] No me gustaría que me tuvieran miedo.


¡Ostras! Casi se me pasa, ¿Qué opinas de Ch.aco?

Una feria es de lo más diverso, en todo sentido de la palabra, le da una heterogeneidad lo que hace muy difícil establecer unas líneas curatoriales. No es lo mismo que una bienal, y aquí yo creo que eso no existe, un poco lo que pasa en ARTEBA.


¿Piensas que se justifica?

¿Y por qué no? Como prueba no me parece mal. Primero veamos qué pasa. Es preferible que se haga e ir evaluando, si tiene posibilidad de proyección… Hay que esperar. A lo mejor eso te atrae un público que jamás ha ido a un museo. Creo que estas iniciativas hay que esperarlas y no deslegitimizar o descalificar.


¿Qué opinas de las galerías de arte chilenas?

Yo siento que las galerias se han ido profesionalizando gradualmente y tienen todos los problemas que se tienen en un país donde no existe el coleccionismo y justamente, son los coleccionistas los que se interesan por adquirir obra. Hay un peso económico devastador para poder mantener una galería, y se hace necesario. Que estén todas en esa calle, Alonso de Córdova, es una cosa muy práctica, que de ahí se vayan ubicando boutiques… de todas forma es un espacio comercial, por lo mismo tiene que emplazarse en un sitio que también sea comercial. El objetivo es lucrar, por ende tienes que ponerla donde está ese poder adquisitivo. Hay de todo, mejores y peores, pero… como en todas partes.


“Don Milan”. Giramos los dos la cabeza y ahí estaba, el dueño de la cafetería del museo, con cara de fastidiado como diciendo “Venga, ya os vale”. Por los ventanales la luz del sol había desaparecido. Pagué la cuenta, me despedí de Milan, crucé la explanada con la vista pegada en la cúpula de acero y cristal arriba de mi cabeza y antes de salir por esa puerta majestuosa, giré la vista para ver las esculturas de humanos, bajé las escaleras, me encontré con el parque a oscuras, los coches pasando, el río a un costado, volví a mirar el edificio en toda su imponencia, respiré profundo el aire frío, y simplemente, exploté en carcajadas. Ladies & gentleman: Don´t fuck whit Milan. Muchísimas gracias.

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